Los espejos han sido siempre considerados objetos especiales, objetos en los que nos miramos y vemos nuestra propia esencia, nuestro mundo interior. Son puertas hacia mundos que desconocemos, que igual queremos olvidar o deseamos no volver a ver nunca jamás.
De estos objetos se ha hablado mucho, se dice que dan mala suerte si se rompen o que si no eres muy agraciado también se rompen.
Pero una historia muy antigua que se conoce en todo el mundo y que hace referencia a un espejo y a una mujer ( la cual dicen es la hija del diablo) explica el verdadero terror que despiertan los espejos y que uno puede descubrir en esos mundos desconocidos e incomprensibles.
La historia dice así:
"Unos chavales que se escaparon de clase de dispusieron a hacer ouija en el gimnasio. Unieron sus manos y comenzaron a mover el vaso... "Espíritu ¿Estás ahí?". "Espíritu ¿Estás ahí?" decían. Sin saber que sucedió exactamente, el vaso se movió a la casilla SÍ. El pánico se apoderó y empezaron a gritar. Todos menos una chica que se llamaba Verónica. "Esto no hay quien se lo crea" bromeaba mientras la chica se marchaba . Pero saliendo del gimnasio tropezó con algún objeto que se apilaba en la estantería de objetos de musculación.
El mueble osciló y varias pesas cayeron, con la mala suerte de que una se empotró en la cabeza de Verónica. Los ojos se le quedaron en blanco y se derrumbó sin fuerzas en las piernas. Murió, y sus amigos aterrados lo vieron. Algunos no lo pudieron soportar y fueron ingresados en un psiquiátrico, otro (el novio) nunca más recuperó el habla. Había empezado la leyenda de Verónica. Se decía que recorría los pasillos del colegio con cara de miedo, pidiendo ayuda y con la expresión de no saber que estaba pasando. Se decía incluso que si te colocabas enfrente del espejo con una vela y repetías 3 veces su nombre, veías como había muerto.
Y una vez alguien lo probó, una chica valiente, que no creía en los cuentos de fantasmas y que decidió apostar con sus amigos que ella era capaz de hacerlo en los baños del colegio y por la noche. Esta chica valiente se llamaba Elvira, y una de esas noches se quedó en el colegio con la intención de hacerlo.
Elvira recorrió el pasillo en penumbra hasta el cuarto de baño. Algo que había empezado como un juego inocente , comenzó a asustarla y pensó en echarse atrás. Aun así llegó al baño y encendió una vela. Se colocó enfrente y dijo: - Verónica, Verónica, Verónica. Súbitamente quedó paralizada frente a la imagen.
que le devolvía el espejo. Pudo verse a sí misma dentro de un ataúd rodeada de algunos familiares...se asustó, pero lo más terrorífico era su aspecto, un aspecto idéntico al actual. Como si estuviera muerta ahora. Elvira se sentía mareada, y abrió el grifo para lavarse la cara y despejarse. Cuando levantó la cabeza observó que en el vaho del espejo alguien había escrito una fecha: 02-Marzo de 2007.
- Pero... eso es... !mañana!. Elvira , presa del pánico, se desvaneció. Se desmayó y cayó al suelo. Los amigos que estaban fuera entraron al oír el golpe y lo que vieron les sobrecogió : Elvira ,al caer, se había golpeado en la sien con el lavabo y yacía en el suelo en medio de un charco de sangre y con los ojos en blanco... "
Espero os haya gustado esta historia. La leyenda de Verónica y el Espejo. Ahora si te atreves, ponte en la soledad y la oscuridad de tu baño con una vela y repite el nombre de Verónica tres veces... y ... por si acaso, me alegro de haberte conocido...