Hasta que se ha descubierto por fin el motivo por el que las rocas del Racetrack Playa en los pasados años 90 Caminaban Solas, Una zona plana y baja del Valle de la Muerte (California), el misterio de las “piedras rodantes” constituyó uno de los grandes enigmas para los científicos.
Al contrario que con otro tipo de fenómenos inusuales, cualquiera podía contemplar las trazas que las rocas dejan a su paso y venir a investigar en persona, aunque ha sido la moderna tecnología la que ha permitido poner el punto y final en uno de los más curiosos fenómenos naturales de la historia.
Achacado a todo tipo de causas, desde los extraterrestres hasta misteriosas fuerzas de la Tierra, las rocas de este desierto (algunas con cientos de kg de peso) se movían a lo largo de grandes extensiones, dejando un leve surco allá por donde pasaran. Una de las pautas del fenómeno era que esto no sucedía continuamente, sino que eran movimientos esporádicos que tenían lugar cada dos o tres años. Por supuesto, este lapso de tiempo y las duras condiciones del desierto, hacen muy complicada una vigilancia constante.
Pues bien, mediante el seguimiento con satélites e implantando pequeños aparatos de seguimiento GPS,
los científicos.
ha podido determinar que estos movimientos sólo tienen lugar durante las tormentas en el invierno, cuando el suelo del Racetrack Playa adquiere una fina capa de hielo deslizante. Durante el invierno las temperaturas del lugar descienden por debajo de los 0ºC, congelando la humedad superficial, pero este proceso es sólo la mitad de la respuesta.
Una vez que se ha formado el hielo, las rocas se mueven sobre el empujadas por el viento de las tormentas, deslizando sobre una capa de hielo, agua y barro. Los dispositivos GPS han confirmado que estos movimientos de las rocas son exclusivos de las tormentas invernales, pudiendo en algunos casos extremos a recorrer casi 1 km. El hecho de que posea una explicación natural que resuelva el misterio no quita ni un ápice de encanto a este lugar, incluso creo personalmente que ahora que lo comprendemos, podemos admirar aun más los fenómenos que nos ofrece la naturaleza.